Nada nos aleja más de dios que la religión

La frase del título no la digo yo: lo dijo (Yalal ad-Din Muhammad) Rumí, alias
Mavlana, un famoso poeta sufí persa del siglo XIII. Estoy de acuerdo, y no me extraña que sea un místico el que haya dicho eso (y además de místico, tenía que ser muy lúcido) porque su experiencia de la divinidad y su espiritualidad debieron darle una percepción muy clara de esa separación entre dios y religión.

Voy a ver si consigo explicar qué quiero decir con eso, yo, que soy ateo, o agnóstico, o panteísta… Ni siquiera es importante cómo me defino respecto a la divinidad (más adelante espero que se entienda por qué).

La espiritualidad está al alcance de cualquiera, sea ateo, pagano, creyente o agnóstico, si uno entiende por alma o espíritu cosas como la sensibilidad a la belleza, la sensación de pertenencia al universo, las capacidades tales como la empatía o la compasión, virtudes como la justicia o la bondad, etc. A eso se le puede llamar espíritu o alma, únicamente por aquello por lo que le ponemos nombres a las cosas: para entendernos. Y, para entendernos, con “alma” no me refiero al alma inmortal que algunas religiones dicen que tenemos.

Una vez aclarados estos términos no resultará confuso si digo que la espiritualidad es algo interno, privado y personal; por el contrario, la religión es externa, social y cultural. Tienen muy poco o nada que ver, pero hace tanto tiempo que la religión nos ha usurpado la espiritualidad, que hemos aprendido a unirlas en nuestra mente. Es más, nos han usurpado la espiritualidad para luego vendérnosla manipulada y adulterada. Por poner un par de ejemplos:

  • si tienes miedo a la muerte, ellos te venden la vida eterna (pero es otra vida) a cambio de sumisión, obediencia, dinero, votos, incluso entregar tu vida (suicidios terroristas, cruzadas, guerras santas, etc.); qué irónico, perder la vida real para ganar la vida eterna.
  • si tu pecho rebosa amor y justicia y no soportas este triste desmadre, donde nada tiene sentido, ellos te venden un justiciero todopoderoso que vendrá a poner orden y paz (cuando todos estemos ya calvos) a cambio de … lo mismo de antes.

Sin embargo, mientras que la espiritualidad surge casi inevitablemente de cada individuo (si la opresión, el miedo o la religión no la suprimen) y es bastante universal, parece evidente que la religión se adquiere por vía cultural, en la familia o la escuela, y que es un fenómeno social, pues lo normal es que las religiones se distribuyan por zonas geográficas. Como si a los distintos dioses les hubiese dado por iluminar sólo a gente de zonas determinadas, pero prácticamente a todos los habitantes de tales zonas. Claro, la cosa se complica al introducir otras variables, como las conversiones a “espadazo y tentetieso”, las iluminaciones espontáneas tipo Juana de Arco, o la elección de un credo con fines políticos, como hizo el emperador romano Constantino.

En una de sus películas, Woody Allen se encuentra con unos alienígenas y les pregunta si dios existe, y ellos le responden que esa pregunta es equivocada (wrong question). No lo entendí hasta unos años después, al darme cuenta de que, una vez liberado de las absurdas respuestas de las religiones, dios será para uno lo que cada cual sienta que ha de ser: quizá, lo que une a cada uno con el resto de la humanidad, o al resto del planeta o del universo; quizá, un sentido de justicia, de compasión, la inspiración de la ética; o quizá, para los que están muy enrocados en lo suyo, la disciplina y la sumisión a los dogmas y a la forma de dios que su religión les indique.

Esa separación entre religión y dios/espíritu es clave en la muy necesaria recuperación de la dimensión espiritual en nuestra civilización, sin por ello caer de nuevo en la religión (como algunos que van pasando de una a otra, y no suelen hallar la respuesta que buscan) ni, a ser posible, en la adoración de otras falsas deidades, ya sean horóscopos y adivinadores de tres al cuarto, falsos mediums y chamanes, curanderos y charlatanes; o ya sean Apple y Facebook, Nike y Adidas; o gimnasios, soláriums, serums y esteticiens; o El Corte Inglés, Zara, Banco de Santander y “los mercados”.

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5 respuestas a Nada nos aleja más de dios que la religión

  1. Amén.
    (Y,por favor, esteticista).

  2. Emperador exiliado dijo:

    Welcome back. Gracias a Dios que has vuelto (lo siento, nunca cambiaré porque no me da la gana).

    • jmndb dijo:

      ¿Gracias a Dios soy ateo, como dijo Buñuel? ¿Acaso pretendes que tu opinión sea más molesta que la mía? ¿¿Quieres que le cambie el nombre al blog??

  3. Muy buena reflexión. Muy necesaria

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